Enclavada en el corazón de un bosque a 1.450 m de altitud, en un emplazamiento que domina la confluencia de los ríos Drac Blanc y Drac Noir, Serre-Eyraud le ofrece el ambiente acogedor de un mélézin helado por la crudeza del invierno, una abundante capa de nieve y la luz rasante de los rayos del sol acariciando las copas de los árboles de los soleados alpes…
Pero eso no significa que la aldea sufra: tres remontes mecánicos, construidos por iniciativa de los habitantes de la zona, permiten disfrutar de la buena nieve hacia el norte ¡en un desnivel de 600 m!